Por Cecilia Mata*
En un artículo del 11/10/2019 titulado “Si comemos solos frente a las pantallas, volveremos tres millones de años atrás” descubro lo siguiente:
Como puede verse, en el epígrafe el nombre del investigador al que hace referencia la nota aparece como Felipe Fernández Armesto, mientras que en el texto propiamente dicho se cita como Fernández Ermesto. En la nota aparece la tapa del libro y compruebo que se trata de la primera edición.
En el párrafo a continuación se lee lo siguiente:
Se supone que lo que el autor ha querido decir es “de carne y hueso”.
Mismo diario, otro artículo:
Yo empiezo a hacer algo. No sé si el autor incurrió en este error o si el corrector lo modificó cuando no debería haberlo hecho o el diario prescindió del corrector.
Estos son solo tres ejemplos leídos en un mismo día en un mismo medio de comunicación.
Sí, ya sé, NO HAY TIEMPO para corregir, para una segunda lectura, ahora todo es para ayer. Total ¿quién se dará cuenta? No subestimemos a nuestros lectores, a nuestra audiencia en el caso de una conferencia, a los televidentes o radioescuchas (¡suena antiguo!). Porque los errores también se cuelan en el discurso oral. Si agudizamos nuestro oído nos daremos cuenta DE QUE (y esto lo resalto porque es un ejemplo típico en radio y televisión) la gente que tiene la responsabilidad de transmitir un mensaje público no siempre está a la altura de las circunstancias.
Otro lugar donde encontramos el error nuestro de cada día: en las vidrieras de los comercios e, incluso, en los nombres de muchos negocios. Esto ocurre, sobre todo, cuando se usan expresiones en otro idioma.
Y el ámbito empresario no está libre de pecado: muchas empresas no tienen en cuenta la importancia de la imagen que quieren transmitir. Un cartel en la puerta, un póster en una conferencia, una presentación en Power Point, folletos, informes, manuales, minutas, gacetillas, memorias y balances, actas de asamblea… La lista es interminable. Todo esto hace a la imagen de la empresa y, por lo tanto, debería tener una prosa cuidada, sin faltas de ortografía, sin errores de sintaxis.
Los invito a compartir su opinión: ¿qué pasa cuando ven una película?, ¿se dan cuenta de los errores en los subtítulos?, ¿prestan atención cuando leen un artículo en diarios, revistas e, incluso, en libros, cuando escuchan la radio o ven televisión?
Por todo esto es importante contratar un servicio de corrección de textos.
* Cecilia Mata es traductora pública de Inglés y correctora de textos periodísticos, literarios, jurídicos y científicos en español.