Por Alessandra Hernández y Nicolás Scheines
En algún momento nos hemos preguntado por qué no nos llaman de ninguna empresa luego de enviar nuestro CV. En varias páginas de empleos se leen comentarios como “Nunca recibí respuesta”, “Nadie me llamó”, “Me quedé esperando acuse de recibo”.
Primero, y lo más importante, es tener en cuenta a dónde estás aplicando y para qué vacante. Trabajos de corrección en relación de dependencia hay pocos, por lo que es posible que estés compitiendo con muchas personas interesadas y no basta con tener el CV actualizado, sino que tanto este como tu carta de presentación deberán coincidir exactamente con el trabajo buscado.
Como profesionales de la corrección el desafío es mayor, sobre todo en lo que respecta a la impecable redacción y ortotipografía que debe tener nuestro CV. Además de este aspecto, a continuación te sugerimos otros puntos importantes al momento de elaborar tu hoja de vida:
- Ortografía y redacción: evitemos mayúsculas innecesarias, errores de transcripción, palabras repetidas, cacofonías, puntuación inadecuada, errores ortográficos, palabras rebuscadas y frases enrevesadas. Cuidemos la sintaxis, el léxico y el tono.
- Que sea breve y fácil de leer: existen plantillas gratuitas que facilitan la presentación. Menos es más: lo ideal sería lograr que tu CV no exceda las dos páginas. Si es muy extenso, una posibilidad es ofrecer uno breve, bien visual y con los elementos centrales para la búsqueda, y dejar el más extenso para el caso de que a la empresa le interese (en la carta de presentación será necesario aclarar que están estas dos versiones disponibles). El interlineado que se aconseja es de 1.5; el nombre de las empresas debe destacarse en negritas y la fuente debe ser sencilla. Se recomienda Arial o Times New Roman punto 11 o 12.
- Diseño: lo ideal es que sea lo más dinámico y visual posible. Algunos CV incluyen gráficos de barras para indicar el nivel de instrucción en los idiomas, destrezas en software y otras habilidades. No olvides que debe entregarse en PDF, no en Word.
- Datos personales: ya no es usual indicar dirección, ni el DNI/CUIL/CUIT; tampoco información de nuestra familia, fecha de nacimiento ni estado civil. El contacto debe ser el correo electrónico y, solo si lo exigen, el número de teléfono.
- Foto: en algunos casos la exigen, en otros ya no se estila. Si decidís agregarla, que sea 4×4, con un fondo monocromático (de preferencia blanco) y con vestimenta a tono con el tipo de empresa a la que vas a postular y con el perfil que querés mostrar.
- Redes sociales: incluir tu perfil de LinkedIn actualizado. Los cazatalentos (headhunters) rastrean esa red social más que sus correos; incluso podés usarla para crear networking, producir tus contenidos y seguir a empresas de tu interés. Respecto a Instagram, Twitter, Facebook o YouTube, es pertinente agregarlas al CV si estas son utilizadas de manera profesional. También, si preferís, usá cada una de estas redes para presentar tu CV de forma más creativa: en 280 caracteres (Twitter), en una historia, reel o con una galería original (Instagram), en un video al estilo Vogue (73 Questions with) y en Facebook. Más allá de lo que vayas a compartir proactivamente, no dejes de tener en cuenta que tu perfil digital está disponible para cualquiera que te busque online: asegurate de saber muy bien qué información se muestra cuando alguien te busca de este modo.
- Información jerarquizada: si estás buscando trabajo en corrección de textos, quizás no sea buena idea que lo primero que se lea es que te recibiste en una carrera distinta a tu ocupación actual. Conviene más destacar tu formación en el área de corrección. Por supuesto, la carrera académica luego te sumará puntos de acuerdo a lo que quieras demostrar.
- Carrera ascendente: no se trata solo de enumerar empresas en las que trabajaste. Un CV también es un relato, y lo que se busca es contar la historia de tu trayectoria profesional −siempre en ascenso, claro−. Más que una lista de tareas cumplidas, se trata de narrar tu evolución. La técnica del storytelling cada vez es más utilizada para redactar el CV, e impacta mejor en los posibles empleadores. Se trata de contar una buena historia: tu historial laboral con presentación, desarrollo y desenlace, mencionando en el camino tus habilidades y conocimientos. Pero ojo: no es necesario hacer un “cuento” ni escribir de corrido; lo importante es que haya cohesión entre los trabajos nombrados (por ejemplo, que no existan períodos sin trabajo que no estén explicados, que no aparezcan trabajos que no tienen vinculación con el resto del CV, etc.).
- Logros: explicar con claridad tu contribución a cada empresa en la que trabajaste, así como los servicios que ofreciste (en el caso de que te hayas desempeñado como freelancer). Al empleador le interesa conocer si estás por encima de la media y si las responsabilidades que has asumido son medibles por metas alcanzadas. Además, es necesario indicar cuál sería tu aporte a la empresa.
- Otros trabajos: si te desempeñaste en la corrección de manera independiente en firmas no reconocidas, es preferible mostrarlo como una cartera de clientes. En el caso de trabajos breves o en otras actividades, quizás no sea necesario incluirlos, a menos que estén justificados (por ejemplo, si trabajaste en el área administrativa de protocolos de investigación en un hospital y la búsqueda a la que estás aplicando es para corrección de trabajos médicos).
- Decí la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad: que todo lo que indiques sea veraz y de fácil comprobación. Podés acotar que las referencias y soportes originales están disponibles, pero no las adjuntes si no las solicitan.
Para terminar, te dejamos estos enlaces:
Plantillas:
Ejemplos de CV, asesoría y tips: