Sí, o al menos, todos los textos que se van a publicar deberían ser corregidos. Esto cuenta tanto para textos que luego serán libros (ensayos, novelas, cuentos, poesía, etc.) como para otro tipo de publicaciones, como artículos periodísticos, publicidad, páginas web, contenidos de redes sociales, manuales de uso, subtítulos, guiones, etc. Los únicos textos que no necesitan ser corregidos son los que no tienen destinatarios masivos, como diarios personales o correos electrónicos. Pero si se quiere publicar el diario o hacer llegar el correo electrónico a más personas o a «gente importante», entonces, será necesario corregir también estos textos.