Por Valeria Colella*
El lenguaje claro y la lectura fácil son modos de escribir que facilitan la lectura. Si bien están relacionados y tienen muchos puntos de contacto, difieren en cuanto a quiénes están destinados y a cómo elaborarlos.
Todos desconocemos disciplinas o carecemos de conocimientos en áreas específicas (economía, tecnología, psicología, derecho, marketing, entre otras). El lenguaje claro busca que las personas puedan acceder a la información, a partir de una serie de normas de redacción que facilitan la comprensión.
Debido a su redacción complicada, confusa, poco clara y con variedad de términos técnicos, las normas jurídicas y las sentencias judiciales se transforman en una barrera para el acceso a la justicia. El movimiento del lenguaje claro impulsa la aplicación de estrategias discursivas (gramaticales, textuales y de diseño) que posibilitan la comprensión de todos los escritos legales por parte de la ciudadanía. Estas estrategias se aplican a los documentos originales sin que se afecte su rigor técnico. No se trata de redactar dos versiones de un mismo texto jurídico —una experta y otra lega—, sino una sola que resulte lo más clara posible para toda la comunidad.
Un documento jurídico puede contener pasajes técnicos, cuya interpretación requiera conocimientos específicos, pero es importante que dichos párrafos sean explicados con mayor claridad y simplicidad para que todos sus destinatarios puedan comprender integralmente el texto.
La lectura fácil, en cambio, se apoya en los principios de la democracia lectora (el acceso a la lectura por placer o como fuente de información para todas las personas) y de la inclusión social. Alcanza a la lengua, al contenido y a la forma. Se dirige a personas con alguna dificultad transitoria o permanente (discapacidad, falta de escolarización, edad avanzada). En personas analfabetas o con dificultades en la lectoescritura, dislexia y otros problemas de aprendizaje, la lectura fácil contribuye a fomentar habilidades de reconocimiento de palabras y vocabulario mejorados, beneficia tanto la comprensión de lectura, la fluidez, la precisión y la concentración, como el recuerdo de la información, el aumento de la motivación, la autoconfianza, el rendimiento percibido y la actitud más positiva con respecto a la lectura.
Las comunicaciones de lectura fácil en textos jurídicos posibilitan que estos sean comprendidos por quienes pertenecen a grupos vulnerables. Aquí sí se propone una adaptación del texto original, un nuevo enunciado que lo complementa, pero no lo sustituye. Se dejan de lado precisiones propias de la redacción jurídica o administrativa para ganar en comprensibilidad.
Estos párrafos de lectura fácil pueden estar insertos en la misma resolución judicial o se puede dictar una comunicación adjunta que no forma parte del texto jurídico original, pero que cumple el objetivo concreto de comunicar la resolución a la persona interesada.
Ejemplo de párrafo de lectura fácil dedicado a unos niños puestos en guarda para adopción:
La decisión que tomé significa que E. y D. serán sus guardadores por seis meses. Ellos los cuidarán y se harán cargo de ustedes. Ustedes deben respetarlos y seguir comportándose como hasta ahora con ellos. Dentro de seis meses, si todo sigue bien y todos están de acuerdo, principalmente ustedes, haremos la adopción, que significa que ustedes van a formar parte de la familia para siempre.
Las Reglas de Brasilia postulan la necesidad de incorporar párrafos o comunicaciones especialmente dirigidas a aquellas personas en situación de vulnerabilidad que estén afectadas por las decisiones judiciales concretas.
SIMILITUDES ENTRE LENGUAJE CLARO Y LECTURA FÁCIL |
Utilizan un lenguaje sencillo y de uso frecuente. |
Utilizan un vocabulario acorde con el usuario final del documento. |
Evitan el uso de palabras que no aportan información al texto y alargan su lectura. |
Evitan el uso de frases nominales y oraciones complejas. |
Evitan la voz pasiva. |
Usan preferentemente oraciones afirmativas. |
Evitan presentar más de dos ideas en una misma frase. |
Dirigen el texto directamente a quien lee. |
DIFERENCIAS ENTRE LENGUAJE CLARO Y LECTURA FÁCIL | ||
LENGUAJE CLARO | LECTURA FÁCIL | |
Perfil de los destinatarios | personas que necesitan usar un texto | personas con dificultades de comprensión lectora |
Integridad del mensaje | se transmite toda la información | es posible eliminar información no relevante |
Concreción y rigidez de las pautas | principios generales para redactar y diseñar textos | pautas concretas y rígidas para adaptar textos |
Necesidad de adaptación | no hace falta en un texto en lenguaje claro | es indispensable para cumplir las pautas de la lectura fácil |
Tal como se concebía, el lenguaje jurídico era una barrera para que una persona pudiera ejercer sus derechos. El uso de las estrategias de lectura fácil o de lenguaje claro no es una cuestión lingüística ni de estilos de escritura; se trata de que toda la comunidad tenga acceso al servicio de justicia.
Referencias bibliográficas
Acuerdo Reglamentario N.° 1581 – Serie A del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, del 14/08/2019.
Altamirano, Leonardo. “El lenguaje claro y la cortesía con el lector”, en Comercio y Justicia, 30/10/2020, disponible en https://comercioyjusticia.info/opinion/el-lenguaje-claro-y-la-cortesia-con-el-lector/.
* Valeria Colella es editora especializada en publicaciones digitales y correctora de textos jurídicos. Trabajó para Actualidad Jurídica, Nuevo Enfoque Jurídico, Alveroni Ediciones y Mave Editora de Corrientes; UNC, UNCuyo, UCC, UNNordeste, UNTREF Corrientes, UPC (CUES Y FAD), UBP y la US21; Asociación Club de Derecho, Asociación de Magistrados de Córdoba, Fundación Warmi y APADESHI. Coordina proyectos en VaCo Publicaciones Digitales y Corrector Jurídico, empresa de servicios editoriales destinada a profesionales y empresas del ámbito jurídico.