Una asociación como PLECA es necesaria para visibilizar y establecer algún mínimo parámetro dentro de lo que son los costos, las modalidades, etcétera.
¿A quién admirás dentro de la profesión?
Una profesora que realmente transmitió, siempre, su pasión por la profesión: Ana María Florit. Docente en la Universidad Nacional de Córdoba, falleció en 2018, lo que significó una enorme pérdida para toda la comunidad. Desde que la conocí y tuve el privilegio de cursar en la Facultad de Filosofía con ella, comencé a admirarla. Aún hoy, leyendo sus libros, sigo aprendiendo.
¿Cuál es la mayor equivocación o confusión en torno a la corrección?
En cuanto a confusiones, creo que lo que más genera dudas, siempre, son los criterios. A la hora de corregir un texto, he aprendido que es sumamente importante tener en cuenta cada detalle que los autores traen a colación, porque es lo que va a definir el servicio que podamos brindarles. Creo que todo, en el fondo, es una cuestión de criterios: si priorizar una normativa por sobre la ortografía de la RAE, qué versión de tal método aplicar, etc. Es lo que me genera más confusión, en lo personal, pero es cuestión de tener una comunicación fluida con quienes confían en nuestro trabajo.
¿Por qué te asociaste a PLECA?
Porque, lamentablemente, es una profesión poco reconocida, minorizada e incluso bastardeada. Me ha pasado muchísimas veces de gente que me escribe pidiéndome que le redacte su tesis, por ejemplo (¡qué locura!), y creo que una asociación como PLECA es necesaria para visibilizar y establecer algún mínimo parámetro dentro de lo que son los costos, las modalidades, etc. Además, es constante el diálogo con quienes formamos parte, siempre pensando cómo ayudarnos o brindarnos algún tipo de servicio, desde capacitaciones hasta espacios para disertar.
¿Qué título le pondrías a esta entrevista?
Una mirada más sobre la corrección. Porque creo que, en definitiva, es eso. Mi voz que, espero, pueda aportar a algún tipo de reflexión.