Pertenece a la línea fundadora de PLECA. Desde sus comienzos como correctora jurídica hasta su incursión prolífica en las publicaciones digitales, Valeria Colella es una correctora comprometida con todo lo que hace.
¿Quién es Valeria Colella?
Comencé como correctora de textos de una editorial jurídica y a los pocos años ya era editora y colaboraba en la formación de nuevos correctores para esa empresa. La crisis del mercado editorial me obligó a reinventarme profesionalmente. Hoy me dedico sobre todo al gran abanico que constituyen las publicaciones digitales en distintos formatos. Soy fan de la tecnología y siempre busco y pruebo herramientas que faciliten mi trabajo.
¿Cómo llegaste a este campo profesional?
Cuando terminé el secundario, comencé la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba, por aquello de “serás lo que debas ser, o serás abogado”. Mientras cursaba tercer año de la carrera, obtuve una entrevista de trabajo en una editorial jurídica que buscaba “un estudiante de Derecho con buena ortografía”. Fue entonces cuando descubrí mi vocación. Al año siguiente cursaba la licenciatura en Letras Modernas en la Universidad Nacional de Córdoba y me desempeñaba como correctora de una de las editoriales jurídicas más importantes de Córdoba. Allí inicié mi trayectoria: correctora, editora, editora en jefe y responsable de la comunicación institucional. Cuando me independicé, allá por 2010, seguí trabajando para editoriales jurídicas de Córdoba, Chaco y Corrientes, editoriales universitarias, asociaciones judiciales y en proyectos independientes.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Me gusta ser parte de la industria editorial, ser uno de los eslabones que permite que las opiniones y los conocimientos de los autores puedan llegar a los lectores, en el convencimiento de que el libro será siempre un bastión para el desarrollo de la cultura escrita desde la pluralidad y la difusión irrestricta de las ideas.
¿Cuál es la mayor equivocación o confusión en torno a la corrección?
Creo que no todos tienen claro el papel mediador de la corrección de textos. Como profesionales, no prohibimos, no juzgamos, no desaprobamos. Solo interactuamos con los textos para darles mayor claridad, para que el lector (general y/o especializado) pueda llegar a comprenderlo. Respetamos el sentir del autor y su voluntad en relación con sus obras, que no siempre es igual. El periodista español Guillermo Altares decía que la relación de los escritores con sus obras es tan intensa como la relación con sus propias vidas: algunos prefieren no mirar atrás, otros no paran de hacerlo, algunos son perfeccionistas hasta el infinito, otros prefieren que las obras se queden como están. Y los correctores debemos respetar eso.
¿Por qué te asociaste a PLECA?
Al concluir el Primer Congreso Internacional de Correctores de Textos en septiembre de 2011, una de las conclusiones más evidentes fue que la situación de quienes corregimos dista mucho de ser la ideal.
Además del amor por la palabra y el interés por el texto bien escrito, los correctores tenemos en común un empleo subvalorado, falta de reconocimiento y desconocimiento de nuestra profesión por parte de la sociedad.
Y como la unión hace la fuerza, asociaciones profesionales como PLECA, con la colaboración y solidaridad de su comunidad, tienen más oportunidades de alcanzar objetivos que serían imposibles de conseguir como individuos.